Por fin, el jueves que viene nos mudamos (de nuevo), es agotador meter cosas en cajas, organizar mudanza, pensar ¿esto es útil, o no? ¿me lo llevo? tirar aquello que te trajiste a Inglaterra pero que ahora piensas no te servirá nunca más, despegar las fotos vuestras de la pared, guardarlas bien a mano (pues será una de las primeras cosas a poner de nuevo en la siguiente casa), pensar a quién hay que decir, oye mira, que me cambio de casa, vaciar totalmente la nevera, intentar vender una mesa que compramos para poder comer, hablar con la de la inmobiliaria de Reading, ver si le han llegado todas las respuestas a las referencias que ha pedido nuestras… y resulta que no, me manda un mail y me dice que de la antigua inmobiliaria aún no han dado señales de vida, que les meta un poco de vidilla, así que les llamas, oye mira (ya sé que sois unos huevones, pero joer…) ¿no les podríais contestar de una vez? Escríbeles un fax o algo que sino no me hacen el contrato de alquiler!!!! Entonces llamas a los de Internet, para que ahora te hagan la instalación en la otra casa, pero primero te das cuenta de que tienes que hablar con la de la inmobiliaria… oye mira, que sé que aún no te han llegado las referencias pero… te importaría preguntar al dueño de la casa si nos permite meter los cables de Internet en la casa… así que sí, sí lo permiten, pero no corren con los gastos, claro que no, eso ya lo sabíamos. Y mientras, acaba todos los proyectos en la oficina, déjalo todo zanjado. Y de repente te llaman de la oficina de Reading, oye, que si no te importa pasarte por aquí algún día de estos, antes de la fecha de comienzo, que necesito que veas unas cosillas conmigo, y tú pues no, pero puedo intentar hacer una excepción para ti el segundo día libre que tengo para hacer la mudanza… estaré por Reading colocando cosas por la casa, comprando, pero bueno, si no queda más remedio… ah, pues vale, pásate, porque es necesario, así que el día clave está cada vez más cerca, y el agotamiento puede conmigo a veces, me siento alienada, sin saber a dónde voy ahora, porque no vuelvo, si al menos volviera la sensación sería otra, pero no vuelvo, sigo deambulando… espero no equivocarme. Nuevas sensaciones esperan allí, nuevas tierras, gentes, experiencias, pero ahora mismo estoy siendo llevada por la inercia… así que no hay tiempo para pensar apenas.... esperemos que la calma vuelva pronto.
El Imperio de las Luces...... Para mí representa el desconcierto completamente en armonía, apenas perceptible... así me siento un poco ahora...
Para la mudanza barajamos varias opciones, y al final la más rentable y cómoda era subirnos en coche cogiendo el ferry en Santander. Asi que el dia 2 de octubre a las 6 de la mañana nos despedimos de Azuqueca y salimos con el coche cargado, cual magrebíes de los que atraviesan desde Francia para cruzar el Estrecho en verano. Llegamos a Santander pronto, así que comimos en la playa antes de subir al Ferry, que salia a las 16:00. Los ferries estos están bastante bien, tienen muchos bares, piscina(cerrada en otoño), etc. Qué nervios al zarpar e ir perdiendo de vista la costa, Adios España! Y justo antes de que Movistar dejara de darnos cobertura...un SMS. Era Ruben deseandonos suerte y diciendo un "hastaluego".
La playa del pueblo es igualmente preciosa. El tiempo no nos acompañó mucho en nuestra excursión, aunque bien es cierto que no nos llovió. Supongo que si un poco de sol se hubiera dignado a salir las vistas de la playa y el castillo juntos habrían sido espectaculares… aunque no más simpáticas...
Y tras esta visita nos dirigimos a la Holy Island, donde su castillo se nos antojó un pelín pequeño en comparación con lo que acabábamos de ver. Igualmente tenía su encanto... pero nada que ver con el de Bamburgh... 
